Caminando por esa acera llena de historias viejas sin prisa, encuentro tus ojos, y me pierdo en ellos, en esa historia escrita para hacer un mundo mejor. Pienso en tu sonrisa, esa que siempre me ha hecho sombra, aparece cuando cruzo la esquina y después del primer beso te abandona...
Quedate a contar aquellas madrugadas que me prometiste, quedate a cantarme bajito y a tocarme esa guitarra vieja que tanto añoro en ciudad grande que no cobija...
Y susurrame al oído palabras que no estén escritas...
Las aceras de piedra gritan, les resbalan las gotas de lluvia fría en invierno oscuro de corazones nobles y mentes marchitas.
Y decirte de nuevo aquello de que tus ojos... simplemente, son poesía...
Quedate a contar aquellas madrugadas que me prometiste, quedate a cantarme bajito y a tocarme esa guitarra vieja que tanto añoro en ciudad grande que no cobija...
Y susurrame al oído palabras que no estén escritas...
Las aceras de piedra gritan, les resbalan las gotas de lluvia fría en invierno oscuro de corazones nobles y mentes marchitas.
Y decirte de nuevo aquello de que tus ojos... simplemente, son poesía...
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