viernes, 27 de enero de 2012

Melancolía...

Hay momentos, situaciones en las que apreciamos la belleza de la vida, cosas simples, sencillas que nos llenan de paz, de felicidad y que simplemente nos hacen pensar en la suerte que tenemos. No, no me ha pasado nada especial para decir esto, simplemente reflexionando (cosa que suelo hacer a menudo) he recordado el brillo de unos ojos marrones que hace tiempo deje atrás, unos ojos de perro que también eran azules como el mar de Brighton, con sus playas abarrotadas de piedras que resaltaban así la belleza del propio oleaje, he recordado los abrazos de aquella gente que conocí cuando tan lejos de mi tierra me encontraba. Momentos de la infancia, momentos de mi juventud loca y curiosa por probar, por experimentar, y equivocarme para  aprender de los errores... Días de lluvia y tormenta en los que alguien no me dejaba salir del coche muriéndome de miedo a causa del temporal, días malos en los que no quise lebantarme de la cama y solo me apetecía llorar, porque gracias a ellos se que puedo coger fuerzas y comenzar a andar de nuevo con más ganas que antes. Recuerdos como la música clásica para escribir, mis relatos, los primeros poemas, los primeros premios, las primeras derrotas...
El primer beso, el primer chico,  el primer desamor, el primer día de universidad muerta de miedo, los campamentos, un profesor que deja huella en tu vida...
Y me han dicho que podemos encontrar cosas perfectas de principio a fin, está claro cada uno de los momentos vividos ha sido perfecto porque ha sido único y las cosas únicas suelen ser las mas bonitas...




miércoles, 25 de enero de 2012

Sensaciones...

Que bonitas aquellas montañas que despiertan en la mañana con un manto de nieve arropándolas de todo frío que puedan tener, que bonitas las palabras, los atardeceres y  las chimeneas que se encienden y calientan corazones fríos que habitan en cuerpos destrozados por el tiempo y la soledad…

Que bonitos los ojos que curiosos buscan la verdad, la belleza, el entusiasmo de unas calles que aun dormitan en un invierno lúgubre donde reina la oscuridad….

Y que bonita la vida, que mientras una melodía se compuso en el ático de aquella ciudad cuyas calles dormitaban para despertar en una mañana como otra más, decidió no levantarse para poder soñar.