Porque yo, corazón, también soy humana, porque fumarme un cigarrillo a escondidas y beberme una copa de wishky es normal si no estás tú. Me nacen esas ganas locas de bañarme en besos y esculpir palabras en el aire, de cogerte por el cuello y perder los modales, como en aquel ascensor de París...
Me tiembla el alma cuando la luna se aprecia, y las mantas se enredan entre los dos... mi amor... con el sabor de aquel sábado metidos en el coche...
Ha llegado a saturarme la idea de haber visto morir el amor tantas veces. Lo bonito del principio y el nosequé del final de aquel que me prometió el cielo y solo me enseñó la luna, del que quiso besarme y se equivocó, de aquel que me hizo hacer locuras y me prohibió contarlas... y joder, de aquellos chicos-puente, los que consiguieron sacarme de la rutina para más tarde rebozarme en el barro, esperar y desesperar, esos que crearon canciones bonitas, a los que quité el sueño y dejé sin palabras cuando parecían tenerlas todas.
Pero tú, tú solo buscas alguien que te siga el paso ligero de las calles vacías, alguien que entone el cubata en la emisora correcta para beber las palabras que te ahogarían.