viernes, 11 de junio de 2010

Recuerdos....

¿Alguna vez os ha pasado?, esa extraña sensación de querer recordar y no poder... Es tan frustrante...
Todo esto viene a causa de una película que he visto hoy "Memento" cuyo prota olvidaba todo lo que hacía recientemente y recordaba todo hasta el incidente (golpe en la cabeza) por el cual llegó a esta extraña situación.

Pensadlo bien... sería una putada tener que vivir apuntándote absolutamente todo en notitas, las cuales al cabo de un rato carecerían de significado. Y yo me he puesto a pensar, cosa que suelo hacer constantemente aunque muchas veces no lo parezca, y he llegado a la conclusión de que a todos nosotros nos pasa algo parecido y que no somos conscientes.
Sabemos quienes somos, nuestros años, el color de nuestros ojos y hasta donde vivimos.

Tenemos la certeza de que si tiramos un cristal al suelo se romperá, de que si llueve nos mojaremos (a pesar de lo que diga Hume) y de que si tocamos el fuego nos quemaremos, pero... ¿y de lo demás?.
Es decir, muchas veces nos paramos a pensar (como yo he hecho hoy) y nos damos cuenta de que se nos han olvidado muchas cosas, de que intentamos recordarlas pero nuestra memoria las ha almacenado en un cajón al cual ya nos es casi imposible llegar. No estoy hablando de esos descuidos en los que dejamos las gafas en la mesilla y nos pasamos 3 horas buscándolas porque no recordamos donde las dejamos, no , eso no son recuerdos que se olvidan sino despistes, actos en los que no pusimos demasiada atención porque estábamos absortos en nuestros pensamientos, en temas que para nosotros poseían más importancia.
Yo me refiero a esos recuerdos del comienzo de las cosas...
Por ejemplo:

¿Os acordáis de lo primero que que os dijo aquella chica o chico que os parecía tan especial en vuestra niñez? ¿ Y de la primera bronca de vuestra madre por llegar tarde? ¿Y de la primera vez que provaste el alcohol? ¿y el tabaco?.

Me encantaría volver a esos momentos que se han esfumado de mi mente, sentir la sangre de una niña de 5 años recorriendo mi cuerpo y volverme a esconder en aquel armario empotrado del pasillo de mi casa, que mi madre haga que me busque durante 10 minutos aun sabiendo que estoy en el lugar de las últimas 20 veces y sentir la sensación que sentía cuando abría la puerta de ese armario y me decía "¡Te encontré!". Que mi hermano y yo nos peleáramos y yo gritase para que él se llevara las broncas aun cuando era yo la que le quitaba sus juguetes y se los rompía. Recordar ese sentimiento de ser mayor cuando mi padre me quitó los rodines de la bici y me enseñó a correr con esta aquel verano en el pueblo. Cogerle las pinturas y los tacones a mi madre y jugar a ser ella.

Me consuelan aquellos recuerdos que si guardo y que ahora están llenos de significado, como que mi bisabuela nos reconociera pocas veces pero que siempre ordenara comprar chocolate para cuando llegase su "chocolatera" y yo llegaba y me lo zampaba todo :)
Que mi hermano me dejase jugar con sus juguetes sabiendo de antemano que se los rompería.
Aquel dia en el avión para Barcelona en el que descubrí que los aviones tienen ruedas antes de despegar y que luego se esconden; inocente yo, miré a mi padre todo lo seria que pude y le dije "Papá, nos han engañado; esto no vuela"

Al fin y al cabo somos eso, recuerdos, toda tu vida se basa en ellos, unos se pierden, otros adquieren significado con el paso del tiempo y otros simplemente están ahí para hacerte madurar y que aprendas de tus errores. Así que no nos queda otra que colgarnos la mochila al hombro y seguir recorriendo camino...

1 comentario:

  1. Y ahora te pregunto yo: ¿Que pasaría si recordaramos, en todo momento, absolutamente TODO lo que nos ha ocurrido en la vida? Incluidos los fracasos, las humillaciones, las pérdidas, los momentos desconsolados... ¿Qué pasaría si, por ejemplo, recordaramos a una ex pareja como el primer día? Si sintieramos su perdida tan hirientemente como el día que dijo que todo se acababa, si por no poder borrar su recuerdo la siguieramos extrañando como el momento en el que pensamos que nunca podríamos vivir sin ella.
    O la perdida de un ser querido, o el cambio desde una situación mejor a otra peor, o una humillación que en su momento te hizo pensar "tierra, trágame"...

    Bendita memoria selectiva.

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